El Instituto de Educación Santa Elena es una institución dirigida por laicos, de inspiración cristiana que trabaja los valores, respeta las libertades y promueve el pensamiento crítico, generando las competencias necesarias para desarrollar un proyecto de vida con sentido.
Es un colegio bilingüe que forma personas desde los 2 hasta los 18 años. Comprometido con la educación, promueve una sólida formación académica, personaliza los procesos de aprendizaje y ofrece las herramientas para que cada alumno desarrolle sus capacidades y potencialidades.
En un mundo globalizado, intercomunicado, inmediatizado, la formación en valores humanos sigue haciendo la diferencia. Poniendo el énfasis en el desarrollo del pensamiento lógico, formando la personalidad, interactuando y debatiendo, el Instituto de Educación Santa Elena ha creado un proyecto educativo que se basa en los valores que hacen íntegra a la persona.
La diversidad, la vida. Educar es, fundamentalmente, una tarea de valoración y valorización. Valorar a cada estudiante en su personalidad, sus habilidades y sus talentos, y al mismo tiempo, valorizarlo con las herramientas del conocimiento y con la confianza necesaria para enfrentar un mundo de alta competencia, respetándose a sí mismo y a los demás.
Desde su fundación en 1885, a través de todo el siglo XX y ahora, en el inicio del tercer milenio, el Santa Elena mantiene su educación en valores apostando a la vez al cambio constante, atendiendo los requerimientos de la sociedad y de las necesidades del niño y del adolescente. Apunta a la formación de individuos dinámicos, abiertos al cambio, a través del dominio de las letras, de idiomas, las artes, y el conocimiento de la ciencia y la tecnología.
Desde el Nivel Inicial hasta el Bachillerato, cada alumno se educa y forma su personalidad sobre la base de estos tres principios fundamentales.
Educar para lograr sujetos libres es basarse en el respeto a la singularidad, el cuidado por no imponer filosofías ni credos, generar ámbitos de pensamiento libre, creativos y constructivos.
Educar para lograr sujetos solidarios pasa por acercarse al otro, sensibilizarse, desarrollar el concepto de empatía. Todos tienen algo para dar y recibir. El ámbito educativo debe posibilitar oportunidades permanentes para lograrlo.
Educar para lograr sujetos responsables es el desafío constante. Ser libre y solidario tienen mucho que ver con ser responsable. La conciencia ciudadana de saberse vivir, crecer y desarrollarse con los demás, implica asumir derechos y obligaciones, cuyo distintivo en el accionar, debe ser el respeto a los demás.
El aprendizaje se lleva adelante en un clima de respeto y afecto entre estudiantes, docentes y funcionarios. Siempre de puertas abiertas a la familia en la búsqueda de soluciones en común, promoviendo la participación de todos los niveles.